En la revista Radar del domingo publicaron una nota a Stephen King.
Siempre me resulta interesante leer las entrevistas que le hacen, se trata de un tipo inteligente y con un gran sentido del humor y, cómo dije por ahí, a quienes portan estas cualidades vale la pena escucharlos (leerlos en este caso) más allá de compartir o no sus opiniones.
King fue uno de los primeros autores que empecé a leer. Luego de Verne, Salgari y los clásicos que uno lee de niño me enrosqué con sus historias de vampiros, asesinos y zombies. Pocas veces un libro suyo me aburrió.
Luego de leer Las cuatro estaciones, tal vez uno de mis favoritos, dejé de leerlo. Empecé a avanzar sobre otros autores y el bueno de Stephen quedó atrás. Tal vez porque el suspenso y el terror fueron desplazados por otros géneros.
Nunca entendí la crítica despiadada hacia SK. Cuando me crucé con gente que gusta charlar sobre libros y que, como suele suceder resultó ser más leida que yo, se encargaban de destronar al autor que me acompañó en mi adolescencia, que me impidió dormir muchas noches o, y vaya esto como confesión, dormir con la luz encendida. Esos, los anti-King (no por antimonárquicos), me parecen unos pelotudos.
Nadie puede decir que un tipo que logra que otro no duerma con los brazos colgando fuera de la cama por temor a lo que pueda aparecer debajo de ella es un mal narrador de historias.
Y hoy, finalmente, según explica la nota, son menos los pelotudos que lo discuten. Tuvo que escribir más de 40 novelas para que eso suceda. Por suerte, si lo hubieran reconocido antes tal vez tendríamos muchas menos.
Estoy convencido que quien cuenta historias interesantes no puede ser despreciado dentro del oficio de los contadores de historia. Y SK, salvo algunos libros que salieron de su máquina de hacer chorizos, cuenta historias interesantes, atrapantes y divertidas. Si uno quiere aprender sobre filosofía no debe leer a King. Así como no es recomendable leer el reglamento del Voleyball para aprender a jugar al Truco. Tal vez algo se consiga, pero insisto: no es lo recomendable. Pero si uno quiere ser atrapado por una historia, por sus personajes y devorarse un libro en pocas noches (si es que puede leerlo de noche) vaya con King.
God save the King.
7 comentarios:
Señor Enrico, supongo que habrá visto esa publicidad, que por supuesto no recuerdo que producto intenta vender... en fín, esa que están en la cancha y es un te quiero te odio, tan clarificador de las escenas que se suceden en dicho estadio.
A qué viene todo esto?
Me sorprende, y no poco, que eso mismo me pase con tus palabras, y lo digo de pura, purísima prejuiciosa que soy.
Lo de King... ahí te quiero.
Lo del premio grasa... también.
La apología de JP... ay, esa sí que no che.
Lo de Boca... bien, no sé porqué digo todo esto che.
Beso
m. ubico la publicidad y tampoco se que me quieren vender.
JP, antes de su etapa K escribió algunos libros que disfruté mucho. He ahí mi respeto hacia él. Como King, es un tipo que escribe bien y cuenta buenas historia.
3 quiero y un no, saldo positivo.
He de decirlo, que gracias a Esteban Rey, pasé casi un año entero durmiendo con la luz prendida (despues de leer Cementerio de animales). Si, es exagerado, pero yo soy super bala.
Lo banco a muerte!
Yo no soy totalmente anti-quin ni criticadora despiadada porque nunca lo leí, pero ando medio por ese lado. La excusa esnob que mejor me queda es la de la maquina de hacer chirizos precisamente.
Toda esta postura de pseudo literata de anteojitos de marco negro se sostiene firmemente sólo para ocultar el hecho de no lo quiero leer porque me daría UN CAGAZO BÁRBARO.
Aclaro: los 'chirizos' son de la familia de los chorizos, pero mas finitos.
(zafé?)
ardillor, nos pasó a todos. No es para nada exagerado.
araña, Las cuatro estaciones es una buena forma de acercarse sin miedo. Como a los leones del zoo.
Como publicitomana creo que a la que hace referencia m es de Quilmes, que siempre se esfuerza en poner de la mano el deporte y el alcohol. Bien por ellos.
Respecto a SK, será comercial, será criticado y todo eso pero a mi Dolores Clainborne me hizo cagar de risa (sí, si, de risa, como las pelis de Freddy y volver a ver IT)
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