y en mi locura de caminar así, ví tantos colores...

27.6.07

premio grasa 07 - nominado

en las inmediaciones del Alto Palermo paré un taxi, de noche y con más ganas de volver pronto a casa que Tom Hanks en Náufrago. Abatido por una larga jornada laboral tardé unos segundos, los que demoré en sentarme y cerrar la puerta, en descubrir que dentro de ese auto se situaba el mismísimo infierno.

La cumbia, en su estado más espantoso, invadía el vehículo a un volumen tan alto que jamás una bailanta del conurbano pudo igualar.

"y cómo mueeeeve la cadeeera, a veeeerrr, la mueve despacito...".

Unas luces centellaban desde el tablero, moví mi cabeza para esquivar el apoyacabeza delantero que me impedía ver ese miniplasma colocado sobre la guantera con grabaciones de Pasiòn Tropical o cosa semejante. Una suerte de "enchúlame la máquina" pero más grasa todavía. Atroz.

"...mi negrita quieeere bailar, y mueeeve para acá y mueeeve para allá..."

Así, cada tema que atormentaba mi cabeza iba acompañado con un simpático video que mostraba tipos con trajes brillantes pendulando y alguna que otra muchacha en minifalda sacudiendo su cadera.

"...y tu miraaada de a poooquito me enloooquese..."

A las pocas cuadras el conductor decidió subir el volumen, parece que la grasada no era suficiente. Aunque adivino que uno podía hacer tortas fritas con tanta grasa.

"...querés cumbia? toma!... Este es el saaabor de la cuuumbia..."

Creí que lo peor que podía suceder dentro de un taxi era FM Vale (link). Pero no, hay un submundo peor, hay un infiero negro y amarillo ahí afuera que pertenece a radiotaxi Premium y nos acecha.

Sobreviví para contarlo, pero jamás volveré a extender el brazo en la calle sin temor.

3 comentarios:

F.G. Pole Dance dijo...

Oh, si!! El horror de los taxistas grasas excede con mucho al de los colectiveros grasas porque no hay escape hacia atras posible. Ahí está uno, con sus oídos perforados por "los pibes piolas re guachos chorros", y estos desgraciados que parecen hasta disfrutarlo! Por suerte uno puede llegar a casa y hacer una desintoxicación severa con MÚSICA. Que se recupere.

Araña Pollito dijo...

Te imagino ahi encerrado, sin escapatoria y con cara de terror y me da cosita.
Por otro lado me da muchisima curiosidad lo de la pantallita, es una pena que tenga que ser usada para el mal.

Anónimo dijo...

Claudia de Flores

Realmente esa mal llamada cumbia es una desgracia (porque la verdadera cumbia colombiana es otra cosa), que inventaron algunos empresarios para llenarse de guita y hacerles bolsa la cabeza a la gente. Yo, casi, a los que la escuchan los comparo con el que ya se drogó tanto pero tanto, que lamentablemente sólo un milagro podría recuperarlo. De seres humanos, tienen solo la apariencia (a veces ni eso).