y en mi locura de caminar así, ví tantos colores...

13.6.07

subte línea C

Los lunes a la salida del laburo tomo el subte en la estación San Martín. En la ventanilla atiende una señora que porta más colores y adornos que un pino navideño.
El pelo teñido de un color que se acerca al magenta, los labios pintados de fucsia y los ojos turquesa. La cantidad de collares y anillos que lleva sobre su humanidad no sólo permite sospechar que pasa horas frente al espejo sino también, y esto ya con una entidad tal que podría afectar a la nación toda, que la producción de aluminio, acero y metales similares del 2006 está dentro de esa ventanilla del subte. Con las consecuencias de desabastecimiento a la industria metalera, suba de precios, paros de la UOM y hasta la intervención de Ricardo Iorio, representante máximo del Metal nacional.
Un trabajo interesante hay en sus uñas, que sin ser un entendido en la materia me animaría a señalar como postizas. Eternas, blancas y estrelladas, de algunas de ellas cuelgan breves hilos de metal que acusan, en sus extremos, corazones.
Apostaría una suma considerable de dinero a que en su living uno puede encontrar un muestrario digno de cualquier casa de recuerdos de la costa, elfantes con billetes en su trompa y una selva de plantas de plástico.
Un carnaval para la vista, una tomenta de colores para alegrar la espera hasta hacerse del boleto. Una sinfonía de mal gusto, pero simpática.

5 comentarios:

F.G. Pole Dance dijo...

Esas señoras son una maravilha. En un día gris lo mejor que nos puede pasar es encontrarnos con un golpe de color así. Eso si... en época navideña opacan hasta al pinito de Galerías Pacífico.

Araña Pollito dijo...

Según como usted la describe, bien podría ser el Verdadero Manifiesto Kitch, pero en forma de persona!

Muero por ver esas uñas con piolines. MUERO.

Araña Pollito dijo...

*nota mental: no comentar ñoñerías en blogs ajenos, para eso existe el propio*

cafeba dijo...

araña, no sabés lo que son esas uñas. Estación San Martín, Línea C a eso de las 19 y pico. Im-per-di-ble.

Este blog acepta ñoñerias.

Araña Pollito dijo...

jajajaja! voy a hacer el intento... Por un momento y supongo yo, por la accion nociva del café del dispenser de este agujero, me imaginé a Iorio atendiendo la boletería del subte.

Y me reí en voz alta.

A mi me van a echar por loca.