en una primera aproximación a esta materia, podría dividirse a las mujeres en cuatro categorías sobre la base de su aspecto físico: las diosas, las perras, las abrazables y las del montón. Habría una quinta categoría que es: bagallo, pero se omite porque puede comprenderse entre las del montón y lo interesante es definir las tres categorías señaladas primeramente.
Las diosas, son aquellas que poseen una belleza que nadie se atrevería a poner en duda. Están más allá de una cuestión de apreciación, de gustos o de modas. La naturaleza fue generosa con ellas y les dio todo: buen rostro, buen cuerpo, buena voz. Elijan alguna cualidad y ellas la tendrán.
Las perras son aquellas que pueden poseer una belleza excepcional o no. Pero que despiertan en el sexo masculino irrefrenables deseos sexuales. A veces ajenas a los estándares de belleza uno no puede dejar de mirarlas. A diferencia de las diosas no se destacan por una belleza integral sino por un aspecto particular que llama la atención. Puede ser un físico descomunal, una mirada excesivamente provocadora o que simplemente dan puta.
Las abrazables pueden ser diosas o no. Nunca serán perras. Son mujeres que despiertan ternura. No causan estupefacción como las diosas ni desatan la líbido como las perras, pero generan un sentimiento extraño, poco frecuente entre los hombres, mezcla de ternura y deseo sexual.
Entre las del montón están las que no pueden calificarse en las categorías anteriores. Categoría residual donde podemos encontrar, seguramente, mujeres bonitas, pero que, claro está, no son diosas ni perras y por alguna razón tampoco abrazables.
Un indicio para saber dónde calificar a una mujer es observar las reacciones de sus congéneres. Ante una diosa las mujeres reaccionan, generalmente, con resignación. No así ante una perra. Éstas despiertan en las mujeres reacciones negativas con la misma efervescencia que despiertan la líbido masculina. Habitualmente reaccionan con malsana envidia o sorpresa al descreer que pueda causar esos efectos en los hombres estando tan lejos de su idea de lo que un hombre desea.
Ante las abrazables sus congéneres reaccionan con indiferencia. A lo sumo dirán que tiene cara de mosquita muerta y, acto seguido, nos advertirán que son las peores.
Arrojemos luz a esto con algunos ejemplos. Para ello echaré mano al jet set, aunque ejemplificar con famosas es difícil porque la belleza, a distintos niveles, las une.
Ejemplos de diosas: Emilie de Ravin o Megan Fox por citar una de cada color. Ejemplos de abrazables: Julieta Díaz o Déborah François, que es un ejemplo de abrazable/diosa. Finalmente, ejemplos de perras hay muchos y basta, para encontrarlos, con hojear cualquier revista H o Maxim. Creo que Victoria Onetto es un buen ejemplo.
y en mi locura de caminar así, ví tantos colores...
7.8.07
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4 comentarios:
Ni diosa, ni perra, y definitivamente, ni abrazable.
Que triste por Dió!
Soy del montón...
m, pasa en las mejores familias. Bienvenida al mundo de los del montón.
A mi siempre me dicen que soy graciosa. Nunca sexy o inquietante. Supongo que tiro mas para el lado de abrazable.
Amé el post
Rankea como top 5 de posts que he leido ever. Si señor.
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