y en mi locura de caminar así, ví tantos colores...

22.8.07

todo lo que sube, baja.

la regla es simple: primero bajan los que están adentro y después suben los del andén.

Si uno piensa un poco en este axioma del transporte sobre rieles advierte que es perfecto. Salvo por el temor de que las puertas cierren abruptamente y el pasajero ascendente deba permanecer en el andén unos minutos esperando la otra formación no parece que existan motivos que impidan la aplicación de esta simple y efectiva regla.

Entonces, porqué no hay un solo día que viaje en tren o subte y no me cruce con uno de esos seres que intentan ascender al vagón sin reparos y desafiando las leyes de la física. Que empujan hacia adentro a quienes desean apearse sin remordimientos y sosteniendo tenazmente en su interior el éxito de tal empresa.

Lo curioso de todo esto es que la gente de la Capital Federal usa y sufre estos medios de transporte todos los días y, sin embargo, no aprende lo mínimo indispensable para que la cosa funcione mejor ¿Cosa ´e Mandinga?

La vida urbana, en cierto punto, aliena a las personas y las convierte en seres más rústicos. Eso le sucede al porteño argentino cuando camina por un andén. Adquiere tonalidades rústicas, maneja limitados criterios de razonamiento y todo converge en comportamientos instintivos.

Sucede, que a la hora de inventar el tren a los ingleses no se les ocurrió que esto podría pasar. Estaban más preocupados, tal vez, por resolver el tema de los rieles y los durmientes.

En cambio, el colectivo, que es un invento argentino, tiene una puerta para subir y otra bajar. Tipo sagaz el que inventó el bondi.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes que me irrita bastante, además de lo ya mencionado por vos tan claramente?
"Los desorientados de Diagonal Norte".

Anónimo dijo...

¿vos te referís a los que no saben para que lado se combina con una u otra línea y quedan boyando en medio del anden creando un caos sobre el cuál no se tomarán medidas hasta que una vieja caiga a las vias? Porque esos me molestan.
Y también los que van de un lado al otro del anden sin respetar su mano. O sea, si para combinar entre la linea C y la B debe cruzarse el andén de la D, el combinante debe caminar respetando su izquierda.

Anónimo dijo...

Exactamente a esos me refiero.
Y es cierto, no sólo los Desorientados son un peligro, sino también los Combinantes Irrespetuosos de Carriles.
Pero bueno, que le vamos a hacer...son porteños a fín de cuentas.

Mariam dijo...

Bien, antes aparecía mi nombre y ahora nada.
No me molesta el anonimato me parece.