y en mi locura de caminar así, ví tantos colores...

6.8.07

la firma II

dentro de una importante firma de abogados todos hablan en espanglish. Todos son o se creen bilingües y adoran mechar palabras en inglés en sus discursos. O, mejor dicho, meten alguna que otra palabra en español en sus discursos.

Incluso los departamentos que integran el estudio se rotulan en inglés. Uno no trabaja en el departamento de derecho societario sino en corporate. Jamás dirán que están en impuestos sino en tax.

Todo lo que pueda denominarse en inglés, en esa lengua será denominado. Sin importar si existe un término más preciso o más breve en español.

Nadie te pide copias de algo sino copies. Los empleados son employees y las empresas entitys. Todo, absolutamente todo, es un issue. Y nadie sabe de vencimientos sino de deadlines.

Cuando no están conformes con la redacción de algo te piden que cambies el wording o le hagas un editing. Y, por supuesto, ojo con los typo!

Nadie lleva o tiene a su cargo una causa pero si run the file. Y jamás te contactan con alguien, te hacen un link. O peor, te linkean.

Resulta insoportable comunicarse durante más de 9 horas con personas que hablan de este modo. Claro que algunos nunca supieron de otra forma de comunicación. Sus padres y amigos hablan así. A ellos no puedo culparlos. Es como quienes nunca le pusieron mayonesa a la pizza fría. Desconocen que existe otra forma de comer esa porción sobrante.

Pero están los conversos. Los que nacieron en un ámbito plagado de palabras en español y donde el inglés se lee literalmente en español. Idioma éste, el español, que tampoco alcanzaron a emplear adecuadamente. Estos son los peores.

Los conversos te comentan lo que ayer vieron en el “noticioso” y acto seguido te dicen que hagas un follow up del file. Así, sin reparos pasan del más vulgar español, que retuerce los restos de Cervantes, a ese espanglish que detenta tal grasitud que dejaría impávidos a los creadores del Magistral.

Un límite que jamás creí que cruzarían, pero lo hicieron, es referirse a lo que ingirieron en el almuerzo en inglés. Absurdo.

Ni hablar del estresante “sori”.

continuará...

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