y en mi locura de caminar así, ví tantos colores...

7.9.07

de como el estereotipo impide apreciar el objeto que lo motiva. la pelotudización del estereotipo y sus consecuencias inmediatas

hoy empieza el mundial de rugby, deporte con el que decididamente no comulgo.

Jamás lo jugué y pocas veces vi un partido. No me parece atractivo un juego que consiste en un montón de gordos revolcándose, jugando con una pelota que pica sin criterio, donde los pases se hacen para atrás y la gente aplaude cuando tiran la pelota afuera.

Para mi, el rugby era como el beisbol o el fútbol americano. Deportes que pasan en la tele cuando no hay un deporte divertido para poner.

Cuando me instalé en la reina del plata empecé a cruzarme con los habituales practicantes de este deporte a los que, supe entonces, se los denomina “ragbiers”. Fue cuando descubrí que más allá de no resultarme atractiva la disciplina mi problema mayor pasaba por las personas. Descubrí que el rechazo es más del orden subjetivo que objetivo.

Es similar a lo que me pasa con los Rolling Stones. Son una banda legendaria, con una cantidad de buenas canciones y algunos excelentes discos, pero no los escucho porque no soporto a los rolingas.

Lo que ese invento argentino de flequillo mal cortado, jardineros y toppers rojas me genera supera lo que la banda produce en mi e impide que disfrute de los Stones objetivamente.

Con la dicotomía ragbier-rugby me sucede lo mismo. El sujeto se impone sobre el objeto y me genera un rechazo, arbitrario, sobre ambos.

¿Cómo puede comprenderse a alguien que después de un duelo deportivo hace una fiesta con sus rivales? Me pregunto si alguna vez habrán escuchado aquella ilustrativa frase del Dr. Bilardo que enseñaba: al rival hay que aplastarlo.

Por suerte los rolingas no juegan al rugby. No creo ser capaz de tolerar semejante comunión.

3 comentarios:

Morenita dijo...

Los rugbiers son todo un caso... Pero al menos me caen simpáticos (cuando están lejos de mí, claro).
Son como clones: todos del mismo tamaño, todos vestiditos iguales...
Y celebran, juegan, atacan y saludan del mismo modo: tirándose unos sobre los otros.
¿Sabrán hacer otra cosa?

elmedium dijo...

Toatakmente de acuerdo, no puedo convivir con un rolinga a mas de 250 metros mio, cuando fui a ver los stones porque todos me rompian las bolas que no podia dejar de verlos, a la mitad me fui a la mierda no soportaba mas.
Muy bueno tu blog lo agregue a mis favoritos del mio

F.G. Pole Dance dijo...

Ambos especimenes son desagradabilísimos.
Escuché por ahi que casi todos los rugiers son un poco eeehmm... "ambiguos". Será?